miércoles, agosto 20, 2008

Un par de cuentos para pensar y vivir

EL ARBOL DE LA AMISTAD

Existen personas en nuestras vidas que nos hacen felices por la simple casualidad de haberse cruzado en nuestro camino. Algunas recorren el camino a nuestro lado, viendo muchas lunas pasar, más, otras apenas vemos entre un paso y otro.
A todas ellas llamamos amigos y hay muchas clases de ellos. Tal vez cada hoja de un árbol caracteriza a uno de nuestros amigos. El primero que nace del brote es nuestro amigo papá y nuestra amiga mamá. Nos muestran lo que es la vida. Después vienen los amigos hermanos con quienes dividimos nuestro espacio para que puedan florecer como nosotros. Pasamos a conocer a toda la familia de hojas, a quienes respetamos y deseamos el bien.
Más el destino nos presenta a otros amigos, los cuales no sabíamos que iban a cruzarse en nuestro camino. A muchos de ellos denominamos amigo del alma, de corazón. Son sinceros, son verdaderos. Saben cuándo no estamos bien, saben lo que nos hace feliz... Y a veces uno de esos amigos del alma estalla en nuestro corazón y entonces es llamado un amigo enamorado.
Ese da brillo a nuestros ojos, música a nuestros labios, saltos a nuestros pies.Mas también hay de aquellos amigos por un tiempo, tal vez unas vacaciones o unos días o unas horas. Ellos acostumbran a colocar muchas sonrisas en nuestro rostro, durante el tiempo que estamos cerca. Hablando de cerca no podemos olvidar a los amigos distantes, aquellos que están en las puntas de las ramas y que cuando el viento sopla siempre aparecen entre una hoja u otra. El tiempo pasa, el verano se va, el otoño se aproxima y perdemos algunas de nuestras hojas, algunas nacen en otro verano y otras permanecen por muchas estaciones.
Pero lo que nos deja más felices es que las que cayeron continúan cerca, alimentando nuestra raíz con alegría.
Son recuerdos de momentos maravillosos de cuando se cruzaron en nuestro camino.
Te deseo a vos, hoja de mi árbol, paz, amor, salud, suerte y prosperidad... hoy y siempre...
Simplemente porque cada persona que pasa por nuestras vidas es única.
Siempre deja un poco de sí y se lleva un poco de nosotros. Habrá los que se llevarán mucho, pero no habrá de los que no nos dejarán nada.
Esta es la mayor responsabilidad de nuestra vida y la prueba evidente de que dos almas no se encuentran por casualidad.


EL CORAZÓN MÁS BELLO


Un joven estaba en el centro de una ciudad proclamando tener el corazón más bello de la región. Una multitud lo rodeó y todos admiraron su corazón.

No había marcas ni cualquier otro defecto. Todos estuvieron de acuerdo en que aquél era el corazón más bello que hubiesen visto. El joven estaba muy orgulloso de su bello corazón.

Un anciano apareció frente a la multitud y dijo

- ¿Por que el corazón del joven es más bonito que el mio?

La multitud y el joven miraron hacia el corazón del anciano, que estaba latiendo con vigor, pero tenía muchas cicatrices. Tenía lugares en que se habían removido pedazos habiendose colocado otros en su lugar, pero éstos no encajaban bien, causando irregularidades. En ciertos puntos del corazón, faltaban pedazos.

El joven al ver el corazón del anciano dijo:

- Usted debe estar bromeando....compare nuestros corazones, el mío está perfecto, intacto y el suyo es una mezcla de cicatrices y agujeros

- Asi es... - Dijo el anciano - viéndolo tu corazón parece perfecto, pero yo no cambiaría el tuyo por el mío, mira cada cicatriz representa una persona a la cuál le di mi amor, cogí un pedazo de mi corazón y se lo dí a cada una de esas personas que me dieron también un pedazo de su propio corazón para que lo pusiera en el mío, pero como los pedazos no eran exactamente iguales, posee irregularidades, pero yo los quiero, por que me traen recuerdos del amor que compartimos. Algunas veces di pedazos de mi corazón a quien no me retribuyó, por eso tiene agujeros y duelen, permanecen abiertos, recordándome el amor que sentí por esas personas....espero que un día ellas me correspondan llenando ese vacío ¿que te parece joven? ¿ahora entiendes en qué consiste la verdadera belleza?

El joven se quedó callado y las lágrimas rodaron por su rostro, se aproximó al anciano arrancó un trozo de su perfecto corazón y se lo ofreció al anciano, quien retribuyó el gesto.

El joven miró su propio corazón, que ya no era perfecto como antes sino más bello que nunca, los dos se abrazaron y se fueron juntos.

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