"El retorno"
El tiempo es relativo. Esto que es una verdad experimentalmente comprobable en la física cuántica --los relojes nucleares que se desplazan en órbita a grandes velocidades van más despacio que los que se quedan en tierra y si alguien lograra viajar a velocidades muy próximas a las de la luz apenas envejecería para los observadores exteriores (vease la paradoja de los gemelos)-- Pero también el tiempo es relativo psicológicamente para los humanos, no nos parecen igual de largos los quince minutos que nos pasamos esperando a una persona que los quince primeros que pasamos con ella o el trayecto de ida hambrientos al restaurante y el de vuelta, por poner solo dos ejemplos.
Pues bien, uno de estos extraños fenómenos de percepción temporal tuvo lugar el pasado fin de semana en Salamanca. Como si el tiempo hubiera vuelto atrás cuatro años, muchos de los excompañeros de andanzas universitarias compartimos unos momentos mágicos, llenos de nostalgia y alegría, de novedades y de recuerdos, en continua evocación de vivencias imborrables y de proyección de sueños futuros aún inalcanzados.
Hubo tiempo de recordar a aquellos que lamentablemente no pudieron venir en esta ocasión, a esos grandes profesores que de alguna manera marcaron nuestro futuro, a todo el personal de servicios de la facultad que sin duda hicieron más agradables nuestros años en el cubo oxidado, desde los cafés y pinchos hasta las fotocopias magistrales del portero del Betis.
Se escucharon, y ha quedado documentado incluso en video, cánticos, rimas, alabanzas --hay que destacar especialmente la dedicada a nuestras compañeras que si bien fueron pocas (a ver si las demás se animan para las próximas) iluminaron con su presencia la noche de Salamanca porque, y este sin duda es otro fenómeno cuántico, su belleza e inteligencia solo ha hecho que aumentar durante los últimos cuatro años-- llamadas telefónicas, parecidos ¿razonables? (no sé qué pensará Sánchez Dragó...), recomendaciones alimenticias del gobierno de España, imitaciones, comentarios mordaces... que contribuyeron sin duda a crear el efecto mágico de que uno de los tiempos más felices de nuestras vidas, no había acabado.
Y, lo cierto, es que no lo ha hecho, porque ese espíritu universitario y joven forma parte de nosotros y, aunque a veces se nos oculte tras determinadas grietas del alma y de la vida, bastan ocasiones como esta para que vuelva a salir lleno de ilusión y multiplicado por la presencia de cada uno de los amigos y excompañeros que hacen que los años de facultad no terminen nunca y que el espíritu de este grupo de upseros no se consuma como una vela que se apaga sino que sea una antorcha que compartida renovamos y hacemos brillar en las noches en que nos juntamos para gritar al mundo nuestra canción.
Fue, sin duda, un retorno inolvidable.
Banda sonora:
Etiquetas: Pontificia, quedada, retorno, Salamanca, UPSA
1 Comments:
Si me permites, vamos a resumir tu post en una frase que este menda y algunos más acuñamos en los últimos días de Cuarto curso: QUINTO ES EL RESTO DE NUESTRA VIDA.
Pichel.
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