martes, febrero 27, 2007

Lectura recomendada: El Mundo de ayer, Memorias de un europeo



En este caso, la coletilla de lectura recomendada cobra pleno sentido porque este es un libro que debería leer todo el mundo y quizá con especial atención todos aquellos que desempeñan un papel público relevante en la sociedad.

El Mundo de ayer, Memorias de un europeo, es un libro amargo que el genial escritor austrico Stefan Zweig escribe al final de su vida en el terrible exilio que su condición de judio austríaco le impone tras el brutal acceso de Hitler al poder en Alemania.

Zweig narra en esta obra su particular visión de la vida desde una perspectiva algo triste y melancólica ante la contemplación del holocausto incipiente y la barbarie de la Segunda Gran Guerra y recuerda el camino recorrido por él y todos los de su generación desde su infancia en la que vio lucir los últimos esplendores de la gran Viena imperial y del viejo orden del siglo XIX y el nacimiento esperanzado de la técnica y la libertad individual del siglo XX que quedó eclipsado primero por la I Guerra Mundial, de la que siempre estuvo en contra, y posteriormente tras un periodo de cierta calma y optimismo marcado también por los problemas económicos y la hiperinflación por el ascenso del nazismo y la 2º Guerra Mundial cuyo final Zweig no llegó a contemplar puesto que en el año 1942 la ciudad de Petropolis en Brasil dio constancia de su suicidio junto a su esposa ante la perspectiva de un inevitable triunfo final del nazismo en la Guerra.

La obra de Zweig, que ha alcanzado gran difusión en los últimos años en nuestro país gracias, en parte, a la fantastica labor de edición de El Acantilado, se cierra así con esta profunda reflexión sobre la condición humana tanto en su vertiente individual, con brillantes apuntes sobre la creación artística, la libertad personal, la situación del individuo frente a su tiempo y la presencia en los bordes de esas páginas de amigos y conocidos de Zweig como Nietzche, H.G. Wells, Richard Strauss, Rilke, Bernard Shaw... como en su vertiente colectiva, el escritor austriaco nos ilustra magníficamente sobre las peligrosas pasiones grupales que se inflamarón en 1914, sobre la docilidad de las masas para someterse ante líderes carismáticos, la pasividad de las democracias occidentales ante la actitud engañosa del Führer y la desesperanza de millones de exiliados en un mundo roto, demacrado, infernal que él, a sus 61 años, ya no pudo aguantar más.

En definitiva, una obra maestra, como otras suyas (Veinticuatro horas de la vida de una mujer, Carta de una desconocida, Momentos estelares de la Humanidad...) pero ésta, si cabe, más llena de contenido, más profunda, más real. La vida de un genio cuyos libros en su lengua materna fueron devorados en las hogueras de la Alemania de Goebbels y que temió que su obra y su fama mundial se apagara para siempre sumergida por las olas de la guerra pero que, sin embargo, ha permanecido victoriosa sobre esas circunstancias y hoy vuelve a ser literatura de culto en todo el mundo. Ojalá que sus enseñanzas no se pierdan y que las generaciones actuales iluminadas por ellas puedan hacer realidad sus sueños e ideales de una cultura europea común sin divisiones ni fronteras construida sobre un mundo en paz.

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domingo, febrero 25, 2007

La Tierra vista desde el cielo



Pues eso, una magnífica web, en tres idiomas, con vistas aéreas de nuestro hermoso planeta. La de arriba, haced clic para agrandarla, creo que merece la pena, está actualmente en mi fondo de escritorio.

http://www.yannarthusbertrand.com/yann2/affichage.php

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viernes, febrero 23, 2007

La guerra según Clint Eastwood



"Los heroes de Iwo Jima nunca deben ser olvidados" dice el trailer conjunto que se preparó para las dos películas con las que Clint Eastwood retrata la cruenta batalla por el islote japonés: Banderas de nuestros padres y Cartas desde Iwo Jima.

La primera de ellas nos acerca a la realidad del pueblo norteaméricano, de sus tropas y de la maquinaría y propaganda de guerra, mientras que la segunda, a mi juicio aún mucho mejor, rodada íntegramente en japonés nos ofrece la visión del agónico imperialismo nipón y de sus códigos de honor.

Pero muy por encima de estas dos visiones nacionales de la Segunda Guerra Mundial en el teatro de operaciones del Oceáno Pacífico Eastwood nos muestra la verdad de la guerra, de todas las guerras, las penurias, las muertes, el hambre, la victoria y la derrota, la lucha entre los ideales, la defensa de tu país y la libertad individual, la huida y el heroísmo como caras de una misma moneda que se manifiesta de múltiples formas allí donde el hombre se despoja de 5.000 años de civilización para volver a lo más primitivo e íntimo de su existencia. También se pude ver aunque brevemente en ambos filmes la amargura de la guerra en la retaguardia, la movilización de los soldados, las mujeres cuyas vidas se detienen en la eterna espera del regreso...

En definitiva, Eastwood nos da su propia visión de la guerra que marcó su infancia con una valentía y una libertad que solo pueden permitirse grandes mitos vivos del cine como él y configurando una obra maestra que hará que, por mucho tiempo, los héroes de Iwo Jima, aquellos que murieron en esa isla, sean recordados y que la verdadera faz de la guerra no sea fácilmente borrada de nuestras mentes que de no ser por ejercicios como éste, a través del gran cine y la literatura, difícilmente lograrían acercarse siquiera a la superficie de ese monstruoso fenómeno humano.



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miércoles, febrero 21, 2007

Imagén infinita

Vía Meneame.

Sencillamente impresionante:

http://zachau.info/krams/daf/zoomquilt/zoomquilt.swf

martes, febrero 20, 2007

Monty Python - Entrevista de trabajo

A través del interesantísimo blog sobre temas relacionados con los Recursos Humanos, Por fin es lunes -- recogido a su vez de otro gran blog La maldición de sísifo --, tuve el placer de disfrutar de esta peculiar entrevista de trabajo de los Monty Python. Simplemente genial, que se diviertan:

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sábado, febrero 17, 2007

El año 2006 en viñetas

Como viene siendo habitual en los últimos años la genial web norteamericana de Daryl´s Cagle sobre viñetas ha reunido una selección de las mejores del año 2006, dibujos cargados de intención que resumen muchos de los principales acontecimientos del pasado año.

Link mejores viñetas 2006

Aquí van algunos ejemplos:

Sobre el estado de salud de Fidel Castro:



Sobre la pérdida del estatus de planeta por parte de Plutón:



O sobre el calentamiento global del planeta:



Y por supuesto, sobre el presidente George W. Bush:




Pd. Después de observar unas cuantas, creo sinceramente que son mejores las de las recopilaciones de algunos años anteriores, quizá por la mayor variedad de temas, así que es muy recomendable visitar las mejores viñetas de los últimos años desde 2001.

jueves, febrero 15, 2007

Anastasis



Anastasis (Aναστασις) es un calco de la palabra griega para Resurrección de Cristo.

En un significado más restringido, se refiere al descenso de Cristo a los infiernos, o al Limbo de los Patriarcas, con el fin de permitir su entrada en el cielo. Este episodio se describe ámpliamente en el Evangelio Apócrifo de Nicodemo, y de manera mucho más breve en el Nuevo Testamento.


(Mateo 27:52-53):

"los sepulcros se abrieron y muchos cuerpos de santos que habían dormido, se levantaron;

y después que él resucitó, salieron de los sepulcros, entraron en la santa ciudad y aparecieron a muchos."




Pasaje del Evangelio apócrifo de Nicodemo:

"Jesús toma a Adán bajo su protección y los antiguos profetas cantan su triunfo

XXV 1. Y el Señor extendió su mano, y dijo: Venid a mí, todos mis santos, hechos a mi imagen y a mi semejanza. Vosotros, que habéis sido condenados por el madero, por el diablo y por la muerte, veréis a la muerte y al diablo condenados por el madero.
2. Y, en seguida, todos los santos se reunieron bajo la mano del Señor. Y el Señor, tomando la de Adán, le dijo: Paz a ti y a todos tus hijos, mis justos.
3. Y Adán, vertiendo lágrimas, se prosternó a los pies del Señor, y dijo en voz alta: Señor, te glorificaré, porque me has acogido, y no has permitido que mis enemigos triunfasen sobre mí para siempre. Hacia ti clamé, y me has curado, Señor. Has sacado mi alma de los infiernos, y me has salvado, no dejándome con los que descienden al abismo. Cantad las alabanzas del Señor, todos los que sois santos, y confesad su santidad. Porque la cólera está en su indignación, y en su voluntad está la vida.
4. Y asimismo todos los santos de Dios se prosternaron a los pies del Señor, y dijeron con voz unánime: Has llegado, al fin, Redentor del mundo, y has cumplido lo que habías predicho por la ley y por tus profetas. Has rescatado a los vivos por tu cruz, y, por la muerte en la cruz, has descendido hasta nosotros, para arrancarnos del infierno y de la muerte, por tu majestad. Y, así como has colocado el título de tu gloria en el cielo, y has elevado el signo de la redención, tu cruz, sobre la tierra, de igual modo, Señor, coloca en el infierno el signo de la victoria de tu cruz, a fin de que la muerte no domine más.
5. Y el Señor, extendiendo su mano, hizo la señal de la cruz sobre Adán y sobre todos sus santos. Y, tomando la mano derecha de Adán, se levantó de los infiernos, y todos los santos lo siguieron.
6. Entonces el profeta David exclamó con enérgico tono: Cantad al Señor un cántico nuevo, porque ha hecho cosas admirables. Su mano derecha y su brazo nos han salvado. El Señor ha hecho conocer su salud, y ha revelado su justicia en presencia de todas las naciones.
7. Y toda la multitud de los santos respondió, diciendo: Esta gloria es para todos los santos. Así sea. Alabad a Dios.
8. Y entonces el profeta Habacuc exclamó, diciendo: Has venido para la salvación de tu pueblo, y para la liberación de tus elegidos.
9. Y todos los santos respondieron, diciendo: Bendito el que viene en nombre del Señor, y nos ilumina.
10. Igualmente el profeta Miqueas exclamé, diciendo: ¿Qué Dios hay como tú, Señor, que desvaneces las iniquidades, y que borras los pecados? Y ahora contienes el testimonio de tu cólera. Y te inclinas más a la misericordia. Has tenido piedad de nosotros, y nos has absuelto de nuestros pecados, y has sumido todas nuestras iniquidades en el abismo de la muerte, según que habías jurado a nuestros padres en los días antiguos.
11. Y todos los santos respondieron, diciendo: Es nuestro Dios para siempre, por los siglos de los siglos, y durante todos ellos nos regirá. Así sea. Alabad a Dios.
12. Y los demás profetas recitaron también pasajes de sus viejos cánticos, consagrados a alabar a Dios. Y todos los santos hicieron lo mismo."





La imagen corresponde a un fresco de la iglesia bizantina de San Salvador de Cora que se encuentra, sin duda, entre las mejores pinturas del arte medieval.


Sobre San Salvador de Chora

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domingo, febrero 11, 2007

El apocalipsis



Beato de Silos

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sábado, febrero 10, 2007

Libro recomendado: Las ciudades en la Edad Media, de Henri Pirenne

Las ciudades de la Edad Media, es uno de los libros más famosos del historiador belga Henri Pirenne. En él defiende razonadamente, especialmente en los primeros capítulos, su tesis de que la Edad Media no se inicia con la caída del Imperio Romano, pues los bárbaros no lo destruyeron, sino que se romanizaron y lo utilizaron económica y culturalmente para su beneficio, por esta razón conservaron el Mediterráneo como mar común en el que continuar con el comercio y el intercambio de la misma manera que lo había hecho la antigua Roma imperial. Esta situación se quebraría con la invasión musulmana del siglo VII que destruiría el concepto del Mediterráneo como mar abierto para el comercio y daría lugar para Pirenne al comienzo de la Edad Media al convertir a la Europa marítima en una cerrada Europa continental que vio notablemente reducida sus riquezas y favoreció la aparición de feudos en el continente. La parte final del libro se centra especialmente en el análisis del proceso formador de las ciudades y en la gran influencia que éstas tuvieron en la parte final de la Edad Media.

Henri Pirenne, nació en Verviers en el año de 1862 y falleció en Uccle-les bruxelles el 25 de octubre de 1935. Pirenne Es conocido como uno de los grandes historiadores del siglo XX, en particular por lo que se conoce como la Tesis de Pirenne, que en parte aparece explicada en el párrafo anterior y que impregna buena parte del libro, y por su estudio sobre los orígenes de Bélgica como nación.

En cuanto al contenido del libro, Las ciudades en la Edad Media comienza con un capítulo dedicado a la situación del comercio en el Mediterráneo hasta el siglo VII y otro posterior en el que se explica la decadencia comercial que ocurre en la Europa medieval hasta el siglo IX y que Pirenne achaca a la invasión musulmana y la repercusión que esta tuvo sobre el comercio marítimo en el Mediterráneo.

El tercer capítulo de la obra aborda la situación de las ciudades y los burgos en la época carolingia, que Pirenne califica como una época de recesión económica pese a la brillantez que pudiera poseer en otros campos. Pirenne finaliza el tercer capítulo señalando su conclusión clara sobre la existencia de verdaderas ciudades en este marco histórico: “Se puede, pues, concluir, sin temor a equivocarse, que el periodo que comienza con la Epoca carolingia no conoció ciudades en el sentido social, económico y jurídico de este termino las cites y los burgos no fueron sino plazas fuerte y centros administrativos. Sus habitantes no poseían derechos especiales ni instituciones propias y su genero de vida no les diferenciaba en nada del resto de la sociedad”

El cuarto capítulo de la obra aborda el estudio del renacimiento comercial que comienza a producirse en Europa y que el historiador belga centra en el estudio de Venecia y Brujas como ejemplo de ciudades que van a desarrollarse de forma paralela al resurgir del comercio en Europa.

El papel de los comerciantes es el objeto del sexto apartado del libro. Pirenne analiza como su establecimiento fijo en los emplazamientos que dominan las principales rutas comerciales va dando lugar al embrión de una nueva ciudad a la que afluyen los campesinos y en donde van surgiendo los artesanos creándose junto a los antiguos burgos, burgos nuevos habitados por esta nueva población relacionada con el comercio.

Las incipientes ciudades, que van creciendo de forma notable con el desarrollo del comercio y de la economía, pronto se ven en la necesidad de dotarse de instituciones que salvaguarden sus intereses e independencia, paralelamente al nacimiento de estas instituciones comienza a aparecer un nuevo grupo social que influirá decisivamente en el desarrollo final de la Edad Media: la burguesía. Estas instituciones, cuya máxima expresión la constituyeron las constituciones urbanas, son el objeto de estudio del séptimo capitulo de la obra Las ciudades en la Edad Media.

En el último capítulo del libro, Henri Pirenne analiza el gran impacto que supuso para la sociedad medieval la consolidación de las ciudades y de la clase burguesa que nació unida a su desarrollo. El antiguo sistema señorial va ir viendo cada vez más minadas sus bases ante el florecimiento del comercio que cambiará totalmente la estructura de la economía feudal y ante el papel liberador de las ciudades que fue decisivo en la consecución progresiva de la libertad por parte de muchos grupos rurales anclados en la difícil dicotomía de o poseer tierras y ser señor, privilegio exclusivo de muy pocos individuos, o la de trabajar y ser siervo. La ciudad proporciona una tercera vía que trastocará profundamente la relación dicotómica anterior. Las últimas páginas del libro abordan también el importante papel que la ciudad tuvo en la transformación del concepto de riqueza que deja de ser exclusivo de la propiedad de la tierra y, sobre todo, del papel de la urbe en el ámbito intelectual expandiendo más allá del clero el acceso a la cultura y la ciencia e promoviendo nuevas obras de arte y literatura impulsadas desde la naciente burguesía.

Una vez apuntados los contenidos más importantes de esta obra de Pirenne se podría decir en primer lugar que, a mi juicio, es un libro muy bien organizado, estructurado y escrito. Las ideas importantes que traslada el historiador belga pueden seguirse con claridad al hilo de los sucesivos capítulos y también en el interior de cada uno de ellos, aportando además numerosos ejemplos y casos concretos de cada una de las ideas principales que se desarrollan.

El libro, en definitiva, me ha parecido francamente interesante aunque sin duda se trata de un texto mucho más centrado en la historia de la ciudad en la Edad Media que en el arte de este periodo pero, sin ningún lugar a dudas, muchas de sus reflexiones son muy interesantes y pueden ser aplicadas desde el punto de vista del análisis artístico puesto que el arte de una determinada época viene dado por las condiciones sociopolíticas, culturales y religiosas de la misma, así observar como se va desarrollando y cambiando el concepto de ciudad a lo largo del medievo y los cambios ideológicos que trae consigo su evolución nos permite vislumbrar como también el arte de las diferentes épocas se va a adaptar a estas transformaciones.

Pirenne hace muy pocas alusiones directas al arte medieval en todo el volumen pero en las páginas 135 y 136, dentro ya del capítulo séptimo, hace expresa la reflexión que he apuntado en el párrafo anterior: “La economía urbana es digna de la arquitectura gótica de la que es contemporánea”. En esta breve frase el historiador Belga pone en relación inequívoca el arte con la sociedad y la economía de su tiempo, elementos fundamentales que van a marcar el desarrollo de la obra de arte por cuanto van a fijar el tipo de materiales, usos, ideas, finalidades, públicos... a los que debe atender la realización artística.

Las últimas páginas del libro contienen también algunas reflexiones directas sobre el arte y la cultura, Pirenne subraya el importante papel de difusor cultural y artístico que la ciudad juega. La cultura deja de estar encerrada en los monasterios para ir poco a poco abriéndose a nuevos grupos sociales y de igual forma el arte poco a poco irá ampliando su campo de actuación más allá de los designios del clero y la nobleza bajo el impulso de las necesidades útiles y estéticas de la naciente burguesía.

En definitiva, consideró la obra de Pirenne muy interesante y lúcida por cuanto aporta una visión global del desarrollo de la ciudad durante la Edad Media, así como también expone una hipótesis muy interesante sobre su comienzo con la invasión árabe del siglo VII, y, desde el punto de vista del arte, una obra que nos puede dar muchas pistas al respecto de la imbricación entre la sociedad, la economía y las necesidades y realizaciones artísticas de una determinada época.


Pd. La reseña es bastante extensa porque está extractada de una P.E.D. sobre historia del arte medieval, pero he preferido dejarla integra que romperla a tijeretazos.

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